Norma Vila, Diecinueve años de lucha por no ser borradas de Santurce, Entrada a la calle Antonsanti, junto al Museo de Arte de Puerto Rico, 2017.
¿Qué es un ecosistema? ¿Cómo se presenta visualmente? Son preguntas que sugieren las imágenes que presenta Norma Vila Rivero en su serie Una metáfora contra el olvido. A primera vista, los trabajos de Vila Rivero parecen hablarnos del desastre medioambiental que creamos los seres humanos y que en última instancia a quien de verdad afecta es a nosotrxs mismxs. Ya lo anunciaba el título de un artículo crítico sobre el pabellón de Lituania en la Bienal de Venecia de 2019 escrito por Julia Halperin: “It’s Hard to Make Good Art About Climate Change.” Se tiende a crear un tipo de arte clichoso en donde abunda el plástico, los materiales reciclados y las especies muertas, pero Norma es la excepción en este caso. Sin embargo, su trabajo no trata solo sobre el calentamiento global, sino de paisaje, urbanismo, y construcción de nuestro ecosistema en donde necesitamos techo para subsistir, pero dependemos también de los espacios comunes para crear comunidad.
Una de las imágenes recurrentes en la serie Una metáfora contra el olvido es la construcción. Las fotografías están llenas de paisajes poco atractivos en términos estéticos, todos artificiales, y cuya intención original, en la mayoría, era generar belleza y placer visual, además de proveer espacios útiles y recreativos. De esta manera, Norma nos invita a reflexionar sobre el desarrollo económico como excusa y la falta de continuidad como práctica. En Arte público: ¿Para darle vida a nuestros espacios cotidianos? explora el propósito inicial del Proyecto de Arte Público, “la revitalización del entorno público y el paisaje,” según la convocatoria para los artistas, y lo contrasta con la realidad de hoy en día. Esta realidad la describe Irving R. Plaza Fuentes en su artículo “Retos en la conservación de obras de arte del Proyecto de Arte Público de Puerto Rico”:
Tras la derogación de la Ley de Arte Público de Puerto Rico, el mantenimiento y conservación de las obras quedó en manos de las agencias que administran o poseen las esculturas, en coordinación del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Una gran parte de las piezas de arte se vieron afectadas no sólo después de la eliminación del proyecto, sino durante el mismo, por mala planificación y manejo de fondos. (140)
Por esta razón, lo que en un momento tuvo el objetivo de crear un horizonte atractivo, hoy se convierte en escombros y podredumbre por su abandono. Lo que Norma nos demuestra es que estos restos siguen ahí, como los restos de la mayoría de los escenarios que refleja en sus fotografías.
[spacer height=”20px”]En esta exposición, Norma Vila pone el peso de la destrucción del paisaje, de los espacios comunes y de las comunidades pobres de Puerto Rico sobre las espaldas de cada unx de nosotrxs. Lxs sujetxs son anónimxs, aunque son personas de carne y hueso. La artista crea una marca de sol en sus espaldas en donde el único espacio que no se ha bronceado es la silueta de un pedazo de paisaje que ya no está, como es el caso de la comunidad San Mateo de Cangrejos, expropiada a partir de 2000 por el Gobierno de Puerto Rico, con el fin de construir viviendas de lujo, entre ellas Ciudadela. En otras fotografías de la serie, observamos hitos de nuestro horizonte, como los árboles que rodeaban el camino hacia El Morro, un parque recreacional en Caguas, el tranvía de Santurce o construcciones recientes en Puerta de Tierra que han cedido a la fuerza de la naturaleza en menos de dos años desde su inauguración.
La marca en la espalda de las modelos y los modelos sirve como silueta del paisaje que era y ya no es, y también funciona como negativo, como si la artista tomara una foto hacia el pasado. Por ello podemos deducir que el medio donde se imprime la obra de arte no es gratuito, no es seleccionado al azar, sino que es cuidadosamente escogido por su capacidad de mostrarnos una realidad tal y como es, pero donde la artista puede alterar el escenario para que tengamos dos realidades presentes al mismo tiempo, como hace aquí. El trabajo de Norma logra transformar los espacios retratados en fotografías hermosas, llenas de luz y color. La artista narra la visualidad de estos espacios públicos desde su experiencia, desde sus recuerdos y los de otras personas que vivimos en Puerto Rico y los graba sobre sus pieles, para que perduren, creando Una metáfora contra el olvido.
[spacer height=”20px”]Una metáfora contra el olvido, de Norma Vila Rivero, abrió el pasado 12 de marzo de 2020 en la Galería de Arte de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez, y en la actualidad permanece cerrada. Su reapertura queda pendiente de confirmación.
[spacer height=”20px”]Visita virtual de la exposición: