Por Jeniliz Rodríguez Torres
Facultad de Humanidades
Recinto de Río Piedras- UPR
El escritor cubano estuvo de visita para sostener un conversatorio con la comunidad universitaria enmarcado en la celebración de la Semana de la Lengua
San Juan-El pasado miércoles, 25 de abril, la Facultad de Humanidades del Recinto de Río Piedras y el Departamento de Estudios Hispánicos, en celebración de la Semana de la Lengua y el 90 aniversario del departamento, compartieron un conversatorio con el escritor cubano, Leonardo Padura. La visita del ganador del premio Princesa de Asturia 2015 se dió gracias a una colaboración de CulturArte, quienes fueron los artífices del evento. El conversatorio comenzó a las 3:00 P. M. y estuvo moderado por el Sr. Alfredo Torres, amigo personal del renombrado autor. La actividad contó con una asistencia de aproximadamente 200 visitantes, muchos de los cuales esperaron hasta el final de la actividad para que Padura firmara sus libros.
En una conversación previa al conversatorio, tuvimos la oportunidad de entrevistar al Sr. Padura, donde muy amablemente accedió a contestar nuestras preguntas. Al cuestionársele sobre cómo se siente de visitar a Puerto Rico, nuevamente el autor nos confesó que tenía muchas expectativas de pisar suelo boricua después del paso del huracán María ya que sus experiencias con estos fenómenos atmosféricos en Cuba son muy amargas, por lo que según nos contó puede entender perfectamente y sentir empatía con los puertorriqueños.
Como dato curioso, en el 2016 Padura ofreció un curso en la Facultad de Humanidades dirigido a estudiantes graduados y profesores, titulado Seminario de literatura hispánica. Sobre su experiencia nos comentó que fue muy satisfactoria. El curso tuvo una duración de dos semanas y expresó que nunca había hecho algo tan dilatado en la manera de entender el arte de la novela.
Dada la relación histórica que existe entre Puerto Rico y Cuba, le hicimos la siguiente pregunta, ¿Trabajaría temas relacionados a Puerto Rico en futuras creaciones? A lo que contesto, “aun no lo sé, estoy preparando una novela en la que posiblemente haya un cubano establecido en Puerto Rico y que a su vez es profesor de la Universidad de Puerto Rico”. Sin embargo, el proyecto es muy prematuro.
Entrando en temas locales, se le preguntó sobre qué posición asume con respecto a la Junta de Supervisión Fiscal en Puerto Rico y su opinión sobre el Plan Fiscal de la Universidad de Puerto Rico y el cierre significativo de escuelas públicas a nivel elemental y secundario. A lo que Padura expresó que, “cualquier medida que afecte el desarrollo de un país va en contra del futuro, pues sin educación no hay progreso”. Como escritor, aconseja que es necesario leer libros, pues estos son una fuente de progreso social e individual.
Una vez dio comienzo el conversatorio, el público estaba muy alerta y entusiasta. Comenzó hablando sobre la relación histórica, humana y cultural que tienen Puerto Rico y Cuba. Nos habló sobre sus comienzos como escritor y sus aspiraciones. De pequeño quería ser pelotero, sin embargo, su complexión física no era la idónea para desenvolverse en el deporte, luego se interesó por el periodismo deportivo, por lo que seleccionó la carrera en Estudios Hispánicos de la cual se graduó. En 1995 se convirtió en el primer escritor independiente en Cuba.
Durante el conversatorio mencionó que la publicación de sus libros en Cuba son decisiones políticas. En su literatura, los personajes no tienen una relación directa con las figuras políticas oficiales, sin embargo presentan conflictos con el poder.
También, habló sobre su proceso de escritura y su vida cotidiana. Nos narró cómo es un día rutinario en la vida de Padura. “Yo me despierto temprano en la mañana, desayuno, comienzo a escribir a eso de las 6:30 A. M. como hasta la 1:00 P. M. almuerzo, tomo una siesta y en la tarde atiendo asuntos administrativos y disfruto de mi tiempo libre junto a Laura”.
Padura se considera un apasionado del cine por lo que ha incursionado como guionista de la serie de Netflix “Cuatro estaciones”, sin embargo, fue enfático en aseverar que el cambio de lo literario a lo audiovisual nunca le hará justicia al texto original.
Al final del conversatorio, hubo un espacio para realizar preguntas abiertas y luego una firma de libros y autógrafos.
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